La vida en una residencia de ancianos

Además de la supervisión por parte de personal capacitado y calificado, un entorno adaptado que combina comodidad y seguridad, los centros geriátricos también se someten a un seguimiento riguroso y se modernizan periódicamente.

Una mejora en la calidad de vida

Romper el aislamiento, vivir una jubilación tranquila sin tener que asumir las obligaciones de la vida cotidiana... Las múltiples y variadas razones que llevan a las personas y sus familias a elegir una institución tienen como objetivo garantizar una mejor calidad de vida a los adultos mayores.

Un lugar adaptado para vivir

La sala de estar principal y el dormitorio de una casa de fueron diseñados para satisfacer las necesidades y necesidades de las personas mayores. Clara, bien ventilada y sobre todo bien equipada, garantiza la seguridad de los residentes con pérdida de autonomía.

Dependiendo del caso, la cama será ortopédica o normal y el cuarto de baño diseñado con barras de agarre y un suelo antideslizante

Espacios comunes

Organizados adecuadamente, están diseñados para facilitar los desplazamientos y salones donde los residentes pueden reunirse, entretenerse o recibir así como un comedor donde se comidas. Dependiendo de la residencia, también puede haber espacios al libre para paseos, una sala multimedia, una biblioteca o sala de lectura.

Una dieta sana y equilibrada

Un gran número de personas mayores viven en casa debido a la desnutrición. Con la edad, la desnutrición conduce a complicaciones y aumenta. Estos dos hallazgos convierten a la desnutrición de las personas en un importante problema de salud pública que ha hecho recomendaciones desde el Ministerio de Salud.

Desde los 30 hasta el 50% de los adultos mayores sufren desnutrición proteico-energética. Esto provoca debilidad general, así como problemas para caminar y de equilibrio. Los establecimientos tienen la obligación legal de garantizar la alimentación y organizar el seguimiento nutricional de los residentes.

Contrariamente a la creencia popular, las necesidades energéticas de las personas no disminuyen con la edad, ¡sino que aumentan!

De hecho, cuando llegan a la vejez, las personas tienen mucho menos hambre y sed y tienden a no comer lo suficiente. Tu ingesta de alimentos debe ser de alto valor nutricional para evitar carencias y fortalecer tu sistema inmunológico. Por ello, las residencias de ancianos recurren a profesionales de la dietética para preparar comidas adaptadas.

También son responsables de garantizar el cumplimiento de los requisitos alimentarios y de salud de los residentes: sin sal, sin colesterol, sin azúcar para evitar que empeoren las enfermedades. Sin embargo, los platos que se ofrecen son variados y sabrosos para que los vecinos coman bien.

Mantener los vínculos sociales

La pérdida de autonomía tiene un efecto muy negativo en el mantenimiento de la vida social y contribuye al sentimiento de la persona mayor.

Actividades en una residencia

Aunque los hogares de ancianos han brindado actividades a sus residentes durante años, su importancia terapéutica solo se ha reconocido recientemente. Hoy, estas actividades son parte integral de la calidad de vida. Respondiendo a las expectativas específicas de cada residente, deben ser atractivos y adaptados a su discapacidad.

Están supervisados ​​por profesionales que los utilizan constructivamente para que también desempeñen un papel terapéutico. Al estimular las funciones cognitivas de los residentes, estas actividades previenen y retrasan la aparición de la senilidad. Además, su regularidad permite dar a las personas un punto de referencia en el tiempo.

Se pueden ofrecer diversas actividades dentro de establecimientos de musicoterapia, jardines terapéuticos, petoterapia, talleres de memoria, actividades deportivas o salidas culturales o turísticas.

Este panel varía según las residencias de mayores. La mayoría de ellos emplean a un facilitador. Este se encarga de facilitar la adaptación de los residentes a la vida en comunidad. Trabajar con todo el equipo de salud: geriatras, fisioterapeutas. Es esta simbiosis entre las partes involucradas lo que marca la diferencia. Como las mejores residencias de mayores de Madrid.

Romper la soledad

Elegir de ingresar a una residencia de mayores es una opción para romper con la soledad y los peligros del aislamiento. Participa en actividades y comidas en la comunidad para promover intercambios y construir una verdadera sociedad.

Compartir la vida cotidiana de otros residentes a menudo permite conectarse con la vida por más tiempo. Para algunos, una segunda vida está comenzando. Las personas mayores también pueden recibir visitas de hijos, nietos y amigos en una sala especialmente diseñada.

Reunir a las familias

Vivir en un hogar de ancianos puede acercarlo más a su familia. Al facilitar las visitas, las personas mayores podrán disfrutar de su familia como si la mantuvieran, conservando su independencia y privacidad.

Lejos de sentir una carga por sus seres queridos, los recibe en su tiempo libre para cenar o para visitas ocasionales. Esta elección puede permitir así fortalecer los vínculos liberados de toda presión.

 

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