El protector solar en crema es una de las formas más fáciles de proteger la piel contra los rayos nocivos. Pero no es la única, hay otras opciones geniales que pueden ser menos conocidas como la fotoprotección oral, así que ¿cuál debes elegir?¿Cual es la mejor para ti? Lee esta guía para saber cuál es el mejor protector solar para tu tipo de piel y cómo aplicarlo correctamente.

La importancia de conocer el SPF

La abreviatura FPS significa Factor de Protección Solar. El "factor de protección solar" es una medida del tiempo que puede permanecer al sol antes de quemarse; si se aplica un protector solar con un FPS de 15 (SPF15), significa que tardará 15 veces más en quemarse que sin ninguna protección (es decir, alguien que se quema a los 20 minutos sin protector solar se quemará en 150 minutos con la misma cantidad de exposición, es decir, 12 horas). 

Cuanto más alto sea el número, mejor será su protección contra los rayos y, por tanto, contra los daños que éstos causan en la piel. Dicho esto, hay cuatro tipos de luz ultravioleta: Los rayos UVA, los rayos UVB y dos tipos de UVC que penetran casi por completo en nuestra atmósfera y no pueden ser detectados por nosotros directamente; sin embargo, afectan a nuestra piel indirectamente al romper las moléculas de ozono que filtra los rayos nocivos para que no lleguen a la superficie terrestre en grandes cantidades. 

Correcta aplicación del protector

Para sacar el máximo provecho de tu protección solar, hay algunos consejos que debes seguir para aplicarlo correctamente: 

  • Aplícate el protector solar cada dos horas si vas a estar al aire libre durante un periodo de tiempo prolongado. Esto es especialmente importante si vas a estar al sol todo el día o si tienes un trabajo estresante que requiere que pases la mayoría de los días al aire libre (por ejemplo, los trabajadores de la construcción). 
  • Ponte protección solar antes de salir al sol o pista de esquí para evitar quemaduras y mantener tu piel sana. 
  • No utilices las cámaras de bronceado, ya que dañan el ADN con el paso del tiempo y pueden provocar cáncer en el futuro.

Formato de los protectores

  • Cremas: Este formato es uno de los más comunes en lo que respecta a la protección solar, vienen en una gran variedad de texturas y fórmulas, desde más fluidas hasta más consistentes. Las cremas solares son una de las opciones más efectivas contra los rayos UV y son fáciles de aplicar. En la mayoría de los casos, se recomienda aplicar la crema al menos 30 minutos antes de exponerse al sol y volver a aplicarla cada 2 horas aproximadamente para poder garantizar una continua protección.
  • Autobronceadores: Son productos que contienen dihidroxiacetona (DHA), que es un ingrediente activo que reacciona con la capa superior de la piel para producir un tono de piel bronceado. Se debe tener en cuenta que estos productos por lo general no proporcionan protección solar por lo que no deben utilizarse como sustitutivos. Pero, puede ser una gran opción para quienes desean broncearse sin tener que exponerse a los rayos nocivos.
  • Sprays: Esta es la opción más fácil de aplicar, más aún si es en bruma. Son formatos ideales para cubrir partes grandes de piel y la mayoría son resistentes al agua y al sudor.
  • Oral: La fotoprotección oral  es una forma de protección en donde se toman suplementos o pastillas via oral. Suelen contener ingredientes naturales para proteger la piel del sol, con antioxidantes como la vitamina C y E, que ayudan frente a los rayos UV dañinos. Los beneficios de este tipo de protección ayuda a reducir la inflamación de la piel, así como el envejecimiento prematuro, las arrugas y otros signos de la edad. Lo principal de este formato es que podrás evitar quemarte con facilidad, por lo que no tendrás que preocuparte de quemarte o pelarse por el sol después de pasar tiempo al aire libre durante las vacaciones. Puedes encontrarlas en farmacias o parafarmacias especializadas en este tipo de productos como esta con su propia categoría de fotoprotección solar.