Los sistemas de lubricación centralizada son una de las maneras más eficientes de alargar la vida útil de cualquier equipo y también de sus componentes. De esta manera, podremos optimizar del todo el funcionamiento de diferentes máquinas.

sistemas de lubricación centralizadaPero para ello, será necesario que intervenga un ingrediente fundamental: el lubricante. Lógicamente, si nos preguntan cuál será su función principal, diremos que engrasar los componentes de la máquina para un correcto funcionamiento. ¿Pero sabías que son varias más las misiones que tiene?

Lógicamente, como ya hemos dicho, los líquidos que funcionan en los sistemas de lubricación centralizada servirán para facilitar que una superficie se pueda desplazar sobre otra, reduciendo la fricción que se produce en el movimiento, el desgaste y propiciando un ahorro de energía considerable.

La segunda función de un lubricante será la refrigeración. Para ello, tendrá que reducir la cantidad de temperatura que se genera cuando dos superficies rozan la una con la otra. No podemos pasar por alto que los grados pueden elevarse de una manera considerable. Por suerte, estos líquidos nos permitirán prevenir ese sobrecalentamiento, transfiriendo el calor de las zonas críticas a otras más frías.

El ejemplo más claro de un lubricante que funciona a la vez como refrigerante es el aceite que utilizamos en los motores de los automóviles. Otros menos famosos son los aceites para compresores, para turbinas o para engranajes.

El lubricante también funcionará también como una especie de protector contra la corrosión. De hecho, un buen producto ayudará a proteger todas las superficies de una forma activa, evitando que pudiera aparecer cualquier daño por la presencia de agua, ácidos o cualquier otro agente.

Dos serán las formas de proteger contra la corrosión. Por un lado, el lubricante tendrá que cubrir la superficie, de manera que se cree una barrera física que minimice el ataque del agente químico. En segundo lugar, será necesario que neutralice la corrosión que tiene lugar durante los trabajos del equipo.

En último lugar, un buen lubricante se encargará de mantener limpio un equipo, mejorando notablemente su eficiencia y alargando su vida útil. La limpieza se centrará en eliminar todo tipo de productos que aparecen como consecuencia de la corrosión y el desgaste. Si no se llevara a cabo esta operación de mantenimiento, sería muy sencillo que tuviera lugar todo tipo de bloqueos y taponamientos en tuberías y conductos.

Para terminar, algunos productos utilizados en equipos de lubricación centralizada pueden desarrollar también funciones de sellado, de transmisión de potencia o de aislamiento. Aunque en estos casos, estamos ante componentes muy particulares.