Pese a que las personas cada vez consiguen mayor autonomía incluso en la tercera edad, en ocasiones sigue siendo habitual tener que acudir a una residencia en Bilbao o en otras ciudades para asegurarnos de recibir los cuidados necesarios para nuestro bienestar o el de nuestros mayores. Pero, ¿en qué debemos fijarnos a la hora de escoger la más adecuada?

Aunque cada vez existen más centros especializados, nunca está de más asegurarnos de la completa profesionalidad y experiencia de los empleados. No en vano, su buen desempeño laboral repercutirá positivamente en nuestros padres o abuelos. Por ello, deberemos visitar varias residencias hasta dar con la idónea.

Lo primero que tenemos que tener presente a la hora de escoger una residencia en Bilbao es que nos lo tomemos con mucha tranquilidad, sin prisas. Es mejor tardar unos días o semanas más que equivocarnos. Entrevístate con los trabajadores y gerentes, sopesa los pros y los contras y todos los servicios y extras con los que cuente el centro.

Una vez que hayáis tomado una decisión en familia, has de pedir una copia del reglamento interno y del modelo de contrato para poder leerlo tranquilamente antes de firmar nada. Asegúrate que el centro cuenta con todos los permisos pertinentes.

Igualmente de importante será la cualificación del personal que allí trabaje. Además de contar con el título y la experiencia, han de ser cordiales y amables en el trato, respetando por encima de todo a los residentes. Lo más adecuado y aconsejable es que los horarios de visita sean flexibles, de manera que la familia pueda acudir cuando quiera, pudiendo acceder a la habitación en caso de necesidad y comprobar que todo va según lo previsto.

Además, lo más aconsejable y recomendable es que el centro cuente con zonas ajardinadas y espacios al aire libre propios. De esta manera, los residentes podrán disfrutarlos cuando el tiempo lo permita, pudiendo pasear o realizar algún tipo de actividad lúdica.

Otro punto realmente relevante es el de la alimentación de los residentes. Asegúrate que sean variados y adaptados a cualquier necesidad que tengan los mayores. Lo más normal es que un centro profesional cuente con nutricionistas expertos encargados de elaborarlos. De esta manera, se evitarán todo tipo de problemas de diabetes, anemia o hipertensión.

En último lugar, es fundamental que un centro de mayores en Bilbao o en cualquier otra ciudad haya eliminado cualquier barrera arquitectónica, que disponga de un buen sistema de calefacción y refrigeración, y que esté siempre limpia, ventilada y totalmente desinfectada.