Nos hemos acostumbrado totalmente a ellos, a su presencia. De hecho, ya forman parte de nuestras vidas. Los rótulos luminosos en Madrid o en cualquier otra ciudad son ya parte del paisaje. De hecho, no es nada raro o descabellado encontrarse a turistas haciéndose fotos frente a los emplazamientos más tradicionales, ya sea aquí, en Londres o en Nueva York.

rótulos luminosos en MadridPese a todo, sigue siendo innegable que se trata de soportes publicitarios de primer orden que ayudan a muy diferentes negocios a obtener visibilidad, reconocimiento y clientes. Por eso resulta básico conseguir que nuestro rótulo sea eficaz y muestra, a la vez, una imagen adecuada de nuestra empresa.

Aunque pueda parecernos una locura, la inmensa mayoría de rótulos luminosos en Madrid o en cualquier otra ciudad están perfectamente estudiados. No en vano, es preciso que representen una línea de comunicación que permita identificar a una marca o negocio. Todo esto ha de hacerse de forma rápida, casi instantánea, ya que se estima que el tiempo máximo que se les presta atención es de siete segundos.

El primer consejo para crear un buen rótulo luminoso es que sea impactante, es decir, que consiga destacar en el entorno, captando la mirada y la atención de los potenciales clientes. Este punto cobra especial atención en negocios cuya imagen corporativa sea original o atractiva.

A la hora de diseñar un buen cartel, nunca nos hemos de olvidar que estamos ante una especie de tarjeta de presentación de nuestra marca. Será lo primero que los clientes vean de nuestro negocio y puede que lo único. En ocasiones, de su efectividad dependerá conseguir una venta.

En segundo lugar, a la hora de crear buenos carteles luminosos en Madrid o en cualquier otra ciudad, nos tenemos que preocupar que sea sencillo, que el público lo entienda fácilmente, sin demasiada complicación. Este punto es importante, ya que tendremos muy poco tiempo para atraerlos hasta nuestras instalaciones. Es por ello que, en ocasiones, será aconsejable usar más imágenes que texto.

Pero, lógicamente, los mensajes escritos también pueden cobrar importancia. Eso sí, deben ser realmente breves, directos y que estén relacionados íntimamente con la imagen de nuestro rótulo. En el momento en que escribamos un texto largo, habremos perdido al cliente.

En último lugar, no está de más cuidar al máximo el color de nuestro soporte publicitario, ya que ayudará a atraer la atención sobre él. Para encontrar el más adecuado, tendremos que analizar nuestro logo, la combinación de tonalidades o el entorno donde vamos a colocarlo.